La rejilla eleva el queso, evitando el contacto directo con el fondo y reduciendo la humedad acumulada, lo que ayuda a prevenir moho.
El diseño con rejilla favorece la circulación del aire dentro del recipiente, lo que mantiene el queso fresco por más tiempo.
Se adapta fácilmente a los espacios del refrigerador o alacena, y es más fácil de apilar o almacenar junto con otros recipientes.
Tanto la rejilla como la base y la tapa son removibles, lo que facilita su lavado y mantenimiento.
Permite ver fácilmente el contenido sin necesidad de abrirla, ideal para controlar el estado del queso.